La gerencia profesional

¿Cómo trabajan el gerente dueño y el gerente contratado?

”Profesional es todo aquel que ejerce un arte o ciencia y recibe un pago a cambio”, sostenían los griegos hace 2.400 años, definición que aún hoy se respeta textualmente en el diccionario de la Real Academia Española para el correcto uso del idioma. Partiendo de lo anterior, es dable sostener que todo gerente es profesional, mas allá de que además sea dueño o no de la empresa en la que actúa. Aquí entonces podemos hacer la categorización en dos tipos de gerentes: el gerente “dueño” y el gerente “contratado o externo”, dejando en claro que ambos son profesionales por igual. Ahora bien… ¿qué es lo que habitualmente caracteriza o diferencia a uno de otro? Seguramente la carga emocional que se aplica en la función. De allí que es cierta la creencia de que el gerente “contratado externo” con menor carga emotiva a la hora de decidir, lleva algo de ventaja a otro gerente “dueño” aunque la preparación intelectual y experiencia sean similares. Si reflexionamos entonces sobre lo anterior podemos llegar a una clara conclusión: Las emociones a la hora de decidir juegan en contra de los intereses de la empresa. Siempre y cuando esos intereses sean los habituales, es decir, de supervivencia, optimización de los beneficios y crecimiento en los casos en que así se decida.
Empresas personalistas Distinto es el caso que se da en algunas empresas extremadamente personalistas, donde la misión “no escrita” y a veces inconsciente es solo satisfacer los conflictos irresueltos de su dueño. Muchas veces -en casos en que la empresa es gerenciada por su dueño- (el caso mas habitual en PyMEs), sucede que por un “mal día” en las emociones del mismo se tomen decisiones equivocadas que por ejemplo derivan en la pérdida de personas clave que luego cuesta mucho reemplazar, o de proveedores, o de negocios. Nada mejor entonces que decidir con la razón en la mano y dejando de lado todo tipo de emociones, en pos de llegar a la solución más conveniente de cada cuestión y orientada a la misión verdadera de la empresa, lo que pone en pie de igualdad a los gerentes dueños con los externos, y que hace depender a ese recurso (el recurso gerencial) de las capacidades de la persona o el equipo responsable. Reflexionar sobre esta cuestión será vital a la hora de optimizar la productividad de la empresa, y a través de ello mejorar las posibilidades de lograr cumplir con la misión y la visión, es decir, con los sueños que actúan de motivación para que la organización exista.

 

Néstor Setzes
Por Néstor Setzes | setzes@ub.edu.ar
Profesor y Técnico Universitario en Administración Pyme
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